Normalmente, a lo largo del año vivo dos momentos que se repiten, una y otra vez. Sin excepción.
Sobre el mes de marzo, miro mi playlist y pienso “BUAH, ES IMPOSIBLE SACAR 50 SÚPER CANCIONES DE AQUÍ”, y me agobio pensando que voy a tener que hacer cosas como lo que ocurrió en 2016 (spoiler: solo salieron 40).
Y luego llega un día del mes mayo en el que miro la lista y de repente tiene 264 canciones, 10 horas y 24 minutos. Y claro, me agobio y pienso “DIOSMIOTENGODEMASIADASCANCIONES”.
En mayo.
No siempre, pero a veces, tengo la suerte de vivir un momento que disfruto especialmente. Ese momento en el que empiezo a escuchar un disco y pienso “Es mi disco del año”, mientras me voy emocionando canción a canción.
¿No te encanta esa sensación? ¿Escuchar algo nuevo, que no solo te gusta, sino que sabes que vas a disfrutar durante mucho, mucho tiempo?
La retroalimentación tan rica del descubrir y degustar.
It never gets old.
Pues la semana pasada viví uno de esos momentos. Jessi Ware ha sacado el quinto disco de su impecable carrera, y sin duda va a ser una de las joyas de 2023, y de mi vida.
Last night disco saved my life
Como ya venía adelantándonos desde hace unos meses, el nuevo material de Jessie Ware prometía.
Sí, prometía, pero cada vez que alababa cada uno de sus singles, lo hacía un poco con la boca pequeña. Porque yo ya soy mayor y me he llevado muchas decepciones, musicales, y de las otras.
Y mejor ser prudente, que nos conocemos.
Pero tras mucha emoción, he de decir que That! Feels Good! feels good quetecagas.
En 2020, con su anterior album, What’s Your Pleasure, el cambio de registro, y de actitud, fue claro.
“Last night we danced
And I thought you were saving my life”
Un punto de inflexión con respecto a sus tres anteriores trabajos, más líricos, más… de pena, vaya, para que mentir.
Jessi Ware era intensita, sí. Pero ya no lo es.
Para nada, vaya, Jessie Ware se encuentra en un estado mental y de forma excepcional, emite vibraciones de self-confidence por los cuatro costados, y así lo demuestra en este álbum que es una oda a la música disco elegante, cuidada, bien hecha.
Porque, creo, (esta es mi newsletter y vierto mi opinión como quiero, luego si te apetece, puedes contarme la tuya, estaré encantada de leerte), que el disco en los 70 sufrió lo mismo o más que el pop desde…
Desde siempre.
Cuando la música disco se empezó a poner de moda, fue denostada, demonizada, criminalizada. La gente guay no escuchaba mierdas como Chic, ¡la gente guay escuchaba Rock ‘n’ Roll!
Pero como ocurre con el pop, esta aversión hacia la música disco no era más que una respuesta frente a un género que servía de refugio para la comunidad queer afroamericana, que, de esta manera expresaba su descontento y desconexión ante un mundo (mundo: EEUU) en plena crisis, racista y homófobo.
Las discotecas eran el lugar donde los problemas desaparecían, donde eras capaz de expresarte libremente, donde exprimías tu energía bailando hasta que salía el sol.
¿Te sientes mal? ¡Pues sal a bailar!
“Now, wouldn't it be nice to have a little freak out (Meltdown)
With some company? Ooh, yes, please!
Put the day on ice, pour a cocktail
Mix your joy with misery (So sweet)”
En este caso, Jessie Ware no es que haya bebido, es que se ha tragado directamente las raíces que sustentan la música disco y ha homenajeado de una manera excepcional a un género que, a pesar de todo lo que ha sufrido, nunca, nunca, ha muerto.
“Freedom is a sound, and pleasure is a right.
Do it again.”
Un poco moderno, pero no mucho
Porque el album nace en los 70, pero vive en la actualidad. Nada tranquilamente entre las aguas de ese sonido “bien engrasado” de The Trammps, Sister Sledge, o los ya mencionados Chic, sin dejar el presente de lado, modulando la voz en ocasiones como Roisin Murphy, o sonando más artie, al más puro estilo de Holy Ghost!
Jessie Ware está requeterodeadísima de gente increíble en That! Feels Good!
El album está producido por James Ford (Simian Mobile Disco) y mi querido, amado y adorado, Stuart Price.
En sus directos, la acompaña Kokoroko, la banda funk/afrobeat compuesta por 8 músic@s que lleva todo el flow del universo en sus venas.
Porque igual no te has dado cuenta, pero mires a donde mires, la música disco te acompaña.
Beyoncé revisitaba una y otra vez el género en Renaissance, Dua Lipa exuda, pura (jaja) nostalgia en “Physical”, y bueno, la pandemia se nos hizo un poco menos cuesta arriba gracias al maravillos DISCO de Kylie Minogue.
Si afinas la vista, y el oído, el disco está por todas partes.
Menos mal.
Baby keep on dancing
Y es que cuando tengo que defender a capa y espada a artistas pop frente a esa música seria, la verdad es que me entra la risa floja.
Jessie Ware nunca ha ido más en serio en su vida. Y a la vez es divertida, hedonista, y te enseña a descorsetarte de la vida.
Free yourself, y que tengas una buena semana.
Las novedades
Yo he tenido un pequeño descanso, pero las novedades nunca duermen. Así que esta semana tenemos un poco de todo. Pop de toda la vida, Eurovisión, y desvaríos de Diplo. No me aburro.
Heartbreak in the Making - Dagny
Cómo me gusta Dagny. En 2017 hizo una de mis canciones favoritas del año, y desde entonces siempre ha tenido un hueco en mi corazón, y en mis listas.
“And I gotta let my body loose
Never really cared for rules
I gotta get it closer to you
I gotta get to where you are
Rip my shirt and let it fall
Baby, I just feel like wearingNothing at all
When I'm with you, I feel like wearing nothing
Nothing at all
When I'm with you, I feel like wearing nothing”
Es que… ¡solid pop, amiga! Historia de mi vida (en 2017).
Love Invention - Alison Goldfrapp
Alison Glodfrapp prepara su primer disco en solitario (saldrá el 12 de mayo) y nos lleva dejando perlas increíbles desde principios de año.
“Love Invention” no es para menos, y una cosa te digo. Esto que me ha pasado con Jessie Ware igual, IGUAL termina pasándome con Alison Goldfrapp. Tiene muchas papeletas para convertirse en disco-del-año-de-mi-vida.
Sí, el premio se puede compartir. Cuantas más mejor.
Blood Stream - LOWES
¿Te acuerdas de LOWES? Aparecieron fuertemente a primeros de año, y me dieron buenas sensaciones.
Las buenas sensaciones continúan, sobre todo porque se han dado cuenta de que más del 80% de sus canciones contienen la palabra “love”, ¡y esta no!
¡JA!
Change - Laurel
Flauta travesera. Nada más que añadir.
Jacaré - Sofi Tukker
Después del trance de “Sacrifice”, Sofi Tukker se ponen fiesteros, y suenan más a playa y Brasil que nunca. El duo lleva nosécuántos meses pinchando por el mundo y entre sesión y sesión se han sacado esta canción.
Vaticino que puede ser una gran candidata para patrocinar la próxima vuelta ciclista a España.
Use Me (Brutal Hearts) - Sturgill Simpson & Dove Cameron (with Diplo, claro)
Si algo tenemos que decir sobre los DJs blancos y heterosexuales (ejem) es que están viviendo un momento de cambio en sus vidas.
A Calvin Harris le da por el trance y a Diplo por… ¿por qué? ¿Qué es esto? ¿Me gusta? ¡No lo sé! Pero estoy bastante obsesionada con esta canción que no sé dónde ponerla, Lo admito, me atrapa con esos arreglos. Así, soy yo, me ganas con unos buenos violines.
Because of You - Gustaph
Espero que este señor belga pase las semifinales y se clasifique. Nadie en Eurovisión representa mejor este año el espíritu de LaJessi.
Allez!!!
Hasta siempre
Lo dicho, me despido no sin antes recordarte que YA DE YA (más concretamente, mañana) tenemos primera semifinal de Eurovisión. Y el jueves la segunda.
¡Ah! Y que el jueves pasado confirmaron a Loreen para el BRAVA.
Dejo la retransmisión eurovisiva a las expertas, eso sí, la crónica, acompañada de mi corresponsal favorito, el lunes que viene, en tu bandeja de entrada.
Muy fan de lo nuevo de Jessie Ware, tiene que molar ese directo todo, TODO. Por cierto, ¿qué pasa con ese EP de Beach House? Me ha pillado por sorpresa y me ha molado mucho, hacía tiempo que no me calaban tanto 🥳 Otra que me ha sorprendido con sus confessions es Bethany Cosentino, que yo odié el primer album de Best Coast pero todo lo demás lo amé y puse velas para que volviesen a un PS y no posó... En fin, ¡gracias por la sabiduría!